¿Y si invirtiera en acciones? Guía sencilla para novatos
Para el consultor financiero Pablo Souto, la manera más frecuente de adquirir y vender acciones de franquicias y bonos de negocios rentables es por medio de algún banco, así sea acudiendo a sus oficinas o bien usando sus páginas. El usuario da la orden de adquirir los títulos que quiere al costo que considera más conveniente y la entidad, que actúa como mediador entre el usuario y la compañía que los emite, ejecuta la operación. “Para ello solo deberemos abrir una cuenta de valores, o sea, una cuenta concreta que sirve para guardar los títulos”, explica Souto. Por su parte, esta cuenta va a estar vinculada con la cuenta bancaria del usuario pues es allá de donde va a salir el dinero para adquirir acciones y a donde van a llegar las plusvalías generadas, si la inversión tiene éxito.
Empresas de servicios de inversión
Mas las entidades no son las únicas vías para adquirir títulos de Bolsa. Otra opción son las llamadas empresas de servicios de inversión. Entre ellas se hallan las agencias de valores (brókers), que “tienen forma de sociedades anónimas (con un capital mínimo de trescientos o bien quinientos euros) y gestionan órdenes de adquiere o bien de venta de valores por cuenta de sus clientes del servicio, mas no pueden operar por cuenta propia”, apunta Arantza Virós, asociado directivo de la compañía de asesoramiento Neo Inversiones Financieras. Sí lo van a poder hacer las sociedades de valores (dealers).
Existen asimismo las compañías de asesoramiento financiero (EAFI), que son personas físicas o bien jurídicas que deben probar cierta experiencia y conocimiento en el campo de la inversión. Por esta razón, “la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) demanda el paso por un riguroso proceso de calificación”, puntualiza Virós. Su empresa, como el resto EAFI, no puede operar con el dinero del cliente del servicio sino más bien solo aconsejarle. “El que debe dar la orden final a la entidad con la que trabaje es el usuario, con la supervisión de la EAFI”, agrega.
Tomar contacto con una compañía de servicio de inversión acostumbra a ser un trámite fácil. “Normalmente, tienen una página por medio de la que podemos subscribir los contratos precisos para operar”, apunta el encargado de la asociación de aconsejes financieros independientes EFPA España en las Islas Baleares, Enrique Juan de Sentmenat. “La entidad que elijamos nos mandará los documentos precisos vía correo postal o bien electrónico”, apunta.
Operar ‘online’
Alén de este trámite preliminar, efectuar todas y cada una de las operaciones de compra y venta mediante Internet es muy frecuente, conforme Souto. Esta modalidad tiene una ventaja en la que todos y cada uno de los especialistas consultados coinciden: abarata los costos. En todos y cada uno de los casos, el usuario va a deber costear comisiones tanto por la intermediación efectuada por la entidad como por la custodia de las acciones. Se trata de un porcentaje sobre el importe nominal, destaca Virós, mas es obvio que “las comisiones de intermediación son siempre y en todo momento más caras si la orden de adquiere o bien de venta nos la debe administrar un tercero”, resalta Sentmenat. En tanto que los costos afectarán de manera negativa a la rentabilidad de los títulos, “lo más esencial es examinar todas y cada una de las comisiones y comparar”, sugiere Souto.
Va a haber que tener en consideración asimismo que, si en la oficina de un banco o bien de una agencia de valores los comerciales atienden y aconsejan al usuario, “el proceso por Internet lo hace uno mismo, y a cualquier hora: escoge qué género de operación desea efectuar (adquiere o bien venta), qué cantidad desea adquirir o bien ceder y a qué costo (a uno concreto o bien al de mercado)”, explica Virós.
En palabras de Sentmenat, el obstáculo primordial en el momento de elegir un broker que opera únicamente en línea es “saber quién hay detrás”. Se ha de estar seguro de que cuenta con autorización de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), algo que debe figurar. Asimismo se debe conocer qué legislación se aplica si las cosas se tuercen, en tanto que “muchas de estas sociedades se rigen por normativas extranjeras”, resalta Sentmenat, quien patentiza otra característica esencial, la de plantear “activos que no acostumbran a estar al alcance de los otros”. Mas el inversor novato los debe eludir y centrarse en aquellas acciones “que conoce o bien de las que ha oído hablar”.
A más independencia, costos más elevados
Tanto Sentmenat como Virós reconocen que asistir a la oficina de un banco y preguntar las resoluciones con sus aconsejes forma una enorme ventaja, especialmente si es la primera vez que se adentra en este planeta. La actuación de las entidades está observada por el Banco de España. Sin embargo, los dos especialistas consultados piensan que la visión de las entidades está sesgada. “Normalmente, prefieren vender un producto propio”, asevera Setmenat.
Del revés, una compañía de servicios de inversión va a ofrecer seguramente unas posibilidades especializadas, trasparentes y también independientes. ¿El revés de la medalla? “Los costo para contratar el servicio del consultor son los más elevados” de todas y cada una de las posibles opciones, resume este especialista.